Durante mucho tiempo pensé en la manera de ser realmente feliz. Pensaba que tener un trabajo estable y perfecto era parte de esto, pasar mis días y horas en ello. Quería ser talentosa y buena, estar 100% en ese reconocimiento. Construí varios proyectos. Todos decían "¡qué bien, la estas rompiendo, vamos!" Yo me sentía super agradecida por todas esas oportunidades, pero también sentía un vacío gigante dentro de mí, la pregunta diaria era:
¿Qué estoy haciendo?
¿Me gusta lo que hago?
De pronto comprendí ese vacío que tenía en mi corazón: eran pequeñas pero inmensas llamadas, aventuras que debía explotar cuanto antes mejor... me costó creer en mí.
Durante mucho tiempo me abandoné como persona, como mujer… puse toda mi energía para cambiar y revertir la situación: Comencé con mi alimentación y me puse las pilas con el deporte, intenté meditar mucho (aun me cuestan las meditaciones). Partía mis días con muchas cosas que hacer, intenté probar miles de situaciones nuevas... Sigo aprendiendo como vivir en este universo y sonreír, sentirme completamente feliz con lo que hago.
Vivo de todo en mis a mis 35 años. Estudié Actuación, luego dirección de Arte, pero siempre me costaba conectar con todo, incluso con las personas...uno de mis primeros emprendimientos fue tener un restaurant de sushi, después una cafetería, no encontraba la receta (no hay receta) pero tenía la sensación de que debía pasarlo bien de verdad con lo que hacía y tener un propósito verdadero, real. De pronto encontré uno de ellos y muy importante. Me llevo muchas sorpresas día a día por las que quiero luchar.
En algún momento senti que la marca debía hacer el trabajo por si sola, pero me doy cuenta de que no es así, que detrás de cada trabajo, emprendiemiento o empresa hay personas, con sueños y mucho que entregar a los demás.
A veces sentia miedo a seguir creciendo. Pero claro está que si no confiamos en nosotros mismos nada de lo que ocurra en tu cabeza pasará.
¡GRACIAS A TODOS LOS QUE CONFÍAN EN NOSOTROS, SEGUIREMOS ENTREGANDO LO MEJOR!